La brecha entre Trump y los países del G7 se agrava tras una cumbre crispada por el comercio. Al respecto, el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay mencionó que la cumbre del G7 denota que estamos viendo a un Donald Trump empoderándose en el sistema internacional.
Los principales líderes del G7 reunidos este sábado.
Los principales líderes del G7 (Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) reunidos el sábado y rodeando a un Donald Trump sentado con los brazos cruzados escuchándolos, es la foto que denota que la brecha entre Trump y los países del G7 se agrava tras una cumbre crispada por el comercio.
Al respecto, el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay indicó que “es una foto que pasa para la historia, una Ángela Merkel que en desesperación con Trudeau buscaban un cambio de actitud sobre la base de este aumento de aranceles que de manera impositiva ha decretado Estados Unidos para el acero y para el aluminio que colisiona con los frentes europeos fundamentalmente y de otro lado que Washington no está dispuesto a que se carguen impuestos sobre sus exportaciones y esto es lo que denominados una guerra comercial e internacional que tiene un frente en el otro lado que es China y en el acomodo que hace Estados Unidos sin duda alguna quiere hacer denotar el liderazgo geopolítico planetario de un Estados Unidos que evidentemente esta con Donald Trump cambiando la dinámica internacional».
Como se sabe la cumbre fracasó estrepitosamente en el objetivo de rebajar las tensiones, empezando como empezó ya crispada, con reproches públicos de Trump a la Unión Europea y a Trudeau, y la réplica de Emmanuel Macron (presidente de Francia), que advirtió al neoyorquino que nadie es eterno y que el mercado de los seis países restantes superaba al EE UU.
Aun así, contra pronóstico, este sábado EE UU, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón habían sido teóricamente capaces de consensuar un comunicado en el que acuerdan reducir aranceles y subsidios, de forma genérica, y se comprometían a modernizar la Organización Mundial del Comercio (OMC), organismo que Estados Unidos ayudó a crear en 1995 pero que el nuevo orden de Washington critica con dureza. Tanto Macron como Trudeau afirmaron que el consenso incluía a la Administración de Trump. El texto recoge alguna demanda estadounidense, como el calificativo de «recíproco» para el libre comercio, además de «equitativo».
