(Cortesía ANDINA).- El presidente del Congreso, Luis Gonzales Posada señaló que actuó de acuerdo al reglamento al poner a debate la Ley de utilidades mineras pero que, dado que se necesitaban 54 votos para que procediera la reconsideración luego que se devolviera a la Comisión de Economía, resultaba casi imposible que ésta se aprobara, ya que los congresistas presentes en la sesión sumaban 64 y 55 votaron en contra.
Este punto fue el último tocado durante la sesión plenaria vespertina. El dictamen en cuestión había sido aprobado ayer y la reconsideración de su votación fue planteada por el legislador Carlos Bruce (AP).
Dicho pedido fue puesto a consideración del plenario esta noche por el presidente del Congreso, Luis Gonzales Posada, pero un grupo de parlamentarios se mostró en contra de que el tema se defina en ese momento y varios de ellos optaron por retirarse en medio de protestas.
El titular del Legislativo procedió a poner el tema al voto, registrándose el resultado mencionado anteriormente.
En declaraciones a la prensa, Gonzales Posada señaló que actuó de acuerdo al reglamento y que, dado que se necesitaban 54 votos para que procediera la reconsideración, resultaba casi imposible que ésta se aprobara, ya que los congresistas presentes en la sesión sumaban 64 y 55 votaron en contra.
"La Mesa Directiva se condujo correctamente en este tema", añadió.
Gonzales Posada respondió así a las críticas que le hicieron al respecto parlamentarios de la bancada fujimorista y de Unidad Nacional, quienes, a pesar de respaldar la reconsideración, querían que ésta se votara en otra oportunidad.
La norma fue aprobada en la víspera y contempla medidas que regulan el mecanismo de tercerización de servicios brindados por las empresas.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Economía, Rafael Yamashiro (UN), además de cuestionar que Gonzales Posada pusiera la reconsideración al voto esta noche, indicó que el dictamen aprobado perjudica a las micro y pequeñas empresas (mype).
Argumentó que a estas se les exige cumplir con requerimientos como el de contar con una pluralidad de clientes, que resultarían imposibles de concretar para ellos, tomando en cuenta que, por ejemplo, en varios puntos del país las mype las conforman comunidades altoandinas e indígenas.