LA DRAMATICA SITUACION SOCIAL DEL MAESTRO Y ALGUNAS MEDIDAS PARA REVERTIRLA
Efraín Choque Alanoca
Realmente se ha generado una dramática situación social en el magisterio en las últimas semanas, a raíz de las medidas improvisadas por el actual régimen aprista y la poca capacidad de las autoridades regionales para enfrentarlas. Urge por ello plantear algunas perspectivas para revertir la situación.
Debemos partir de la constatación básica que el problema educativo es parte del problema nacional que atraviesa el país. Un país con graves problemas en todos los órdenes de su existencia. La actual llamada bonanza minera sólo beneficia a un minúsculo sector, pero no a las grandes mayorías nacionales y de la región. A esto se añade la actual crisis de competitividad y energética del sistema capitalista internacional, que a diario eleva el costo de vida para la mayoría de nuestro pueblo. En este sentido la pobreza educativa no puede ser revertida con medidas formales de carácter punitivo contra el magisterio, sino a partir de una verdadera reforma educativa. Ya Mariategui enseñaba que “el problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido en nuestro tiempo sino es considerado como un problema económico y como un problema social.”El hecho que el gobierno pretenda hacer pasar los deficientes resultados del examen para el proceso de nombramiento y contratación docente, como causas del mal estado de la educación en el país, y a los maestros como los principales responsables de este, realmente constituye un razonamiento ramplón o una apostasía a la lógica más elemental, pero interesada a favor del imperio del mercado. Para nosotros se trata de un sofisma vergonzoso, utilizado para hacer creer al pueblo que los síntomas y efectos (sobreoferta laboral docente, bajos rendimientos promedios en todos los niveles: inicial, primaria, secundaria, superior, bajos índices de desarrollo en ciencia y tecnología, crisis de la formación docente, etc.) son causados exclusivamente por los malos docentes. Para nosotros se trata de comprender el problema educativo y de la enseñanza como fenómeno social multidimensional y por tanto vinculado al problema económico y social, como lo pregonaba Mariátegui. Esto nos conduce a plantear que esos males o síntomas enunciados son expresiones de la pobreza educativa existente causados por el sistema social educativo capitalista inequitativo, excluyente, injusto, que reproduce las relaciones de dominación en nuestra patria. Esto no significa que en los deficientes resultados del examen docente y otros semejantes (por ejemplo a nivel de estudiantes) no tengan una cuota de responsabilidad los docentes, los gremios de maestros, las instituciones de formación magisterial y el propio Ministerio de Educación, sus organismos dependientes (DREs, UGELs) y los gobiernos regionales; sino que el mayor peso de la responsabilidad recae en el Ministerio de Educación, por ser un organismo rector del sector con capacidad de decisión. Entre todos estos actores, es el Ministerio de Educación en quien recae la responsabilidad acumulada o histórica, pues fue la directa responsable de la política de formación docente inicial y en servicio que en las últimas décadas costó al país más de mil millones de dólares sólo en capacitaciones con muy poca pertinencia y resultados.(Informe Piscoya sobre el examen de suficiencia profesional docente 2002. Lima, 2005) Por ello, ante los resultados preocupantes, lo primero que la sociedad civil le exige al titular de este ente rector es que asuma seriamente una autocrítica al respecto y un desagravio al magisterio nacional. Los maestros y las instituciones de formación magisterial deberían hacer lo propio en lo que les corresponde, incluido los sindicatos.
Hace falta una verdadera movilización por la educación nacional; se requiere que la sociedad política asuma la educación como una política de Estado. En primer lugar esto significa llevar adelante –no sólo de manera declarativa- las tareas y objetivos formulados por el Consejo Nacional de Educación en el Proyecto Educativo Nacional. 2006-2021. Todos los sectores de la sociedad civil (sindicatos, padres de familia, docentes, organizaciones de base, comunidades campesinas, medios de comunicación social, iglesias, universidades, partidos políticos ,organismos no gubernamentales, etc., y el Estado están obligados a participar de esta cruzada para lo cual se necesita de un mínimo sentido de responsabilidad histórica y social. Eso pasa en primer término por recuperar el prestigio de la carrera docente; pero sobre todo, la autoestima personal y colectiva del maestro peruano tan venido a menos con la equivocada política mediática oficial. Es necesario desarrollar un organismo especializado y autónomo para la evaluación docente, lo cual evitará las improvisaciones como sucedió con la prueba de ESAN. Urge asimismo un cambio sustancial en las instituciones de formación magisterial, aprobar la ley de educación superior no universitaria, impulsar la acreditación consensuada y, por mejorar las condiciones de trabajo del docente para tener una carrera magisterial más prestigiada, tal como ocurre en otros países vecinos.