Fanáticos religiosos no dejan de cometer crímenes.
Samira Salih al-Nuaim es la nueva víctima del Estado Islámico. Foto: metronews.ca.
Los terroristas autodenominados Estado Islámico y el Levante, que controlan amplios sectores del medio oriente, ejecutaron esta semana, públicamente, a Samira Salig Al-Nuaimi, abogada defensora de los derechos humanos. Los fanáticos religiosos no le perdonaron supuestas críticas que habría realizado en la red social Facebook sobre la destrucción de sitios religiosos en Mosul.
Se sabe que antes de su ejecución, llevada a cabo el lunes en Irak, ella fue torturada durante cinco días. Perdió la libertad el 17 de septiembre. Su página Facebook, aparentemente, fue removida desde su muerte.
«Al torturar y ejecutar a una abogada y activista de derechos humanos, defendiendo en particular los derechos humanos y civiles de sus compañeros ciudadanos en Mosul, el Estado Islámico continúa dando fe a su naturaleza infame, combinando odio, nihilismo y salvajismo, así como una total indiferencia por la decencia humana», dijo Nickolay Mladenov, enviado de las Naciones Unidas en Irak.
La muerte de esta abogada se sustenta en la Sharia o Ley Islámica, dictada por tribunales religiosos. No es justicia real.
Mosul, la ciudad donde fue ejecutada, está bajo el control de los terroristas islámicos. Allí las minorías religiosas han sido forzadas a convertirse al islam, pagar impuestos especiales o morir. Los opresores dicen qué deben vestir las personas, qué decir, qué no hacer. La libertad individual no existe allí.
Esta muerte se da a conocer un día después de que el turista frances Hervé Gourdel fuera ejecutado en Argelia, también por terroristas islámicos. (AP)