Por segundo día consecutivo la cantina ubicada en una céntrica calle de la ciudad continúa atendiendo a los parroquianos, pese a que el pasado 8 de abril fue «clausurada definitivamente» por orden judicial. Al respecto la funcionaria de la MPT, Gladys Ramos Choque, culpó a la policía por no intervenir de oficio.
El bar fue clausurado el pasado 8 de abril, pero los propietarios retiraron las bloquetas que sellaban la puerta de ingreso para atender al público.
Los propietarios de la cantina que se encuentra ubicada en la intersección de las calles Zela con 28 de Julio, continúan burlándose de la autoridad y por segundo día consecutivo abrieron sus puertas con total normalidad, pese a que el pasado 8 de abril se dispuso la «clausura definitiva» del local por funcionar sin las licencias respectivas.
Un periodista de RADIO UNO se comunicó con la encargada de la Oficina de Ejecutoría Coactiva de la comuna provincial, Gladys Ramos Choque, para conocer las medidas que viene adoptando para poner un alto al desacato de los dueños del bar.
La funcionaria mencionó que la municipalidad ha interpuesto dos denuncias contra los encargados del recinto.
Una de ellas fue presentada en la comisaría central y se sindica a los dueños de sacar las bloquetas que colocó la comuna para impedir que sigan recibiendo a sus clientes, mientras que la otra es una denuncia penal por desobediencia y desacato a la autoridad, toda vez que la cantina fue cerrada por una sentencia judicial.
CULPA A LA POLICÍA
Para Ramos Choque la Policía Nacional es la responsable de permitir que el local continúe funcionando impunemente, debido a que el día que los vecinos denunciaron, que estaban sacando el tapiado, no intervino de oficio.
