Al grito unísono, ¡Cuzco no se vende, Cuzco se defiende!, la población de la ciudad imperial se mantiene firme en su segundo día de paralización preventiva de 48 horas demandando la derogatoria de las leyes 29164 y 29167 consideradas como atentatorias contra el Patrimonio Cultural de esa región.
Tal como se registró el día de ayer, los servicios turísticos, de trenes, terminales terrestres, y el aeropuerto internacional Alejandro Velasco Astete se encuentran suspendidas, las vías de acceso a la región se encuentran bloqueadas con piedras en diferentes sectores y la atención al público en los diferentes centros comerciales y sitios arqueológicos se encuentra paralizado acatando la jornada de lucha que lleva adelante la Asamblea Regional y la Federación Departamental de Trabajadores del Cuzco.
Mientras tanto en el paraninfo de la Universidad Nacional San Antonio de Abad, 7 representantes de las organizaciones de base continúan en huelga de hambre en defensa del patrimonio cultural rechazando la ley 21164, que permite la inversión del sector privado cerca a zonas arqueológicas y la ley 29167, que flexibiliza el otorgamiento de licencias de construcción en los centros históricos.
Los representantes cuzqueños aseguraron que de no obtener una respuesta favorable por el ejecutivo, la jornada de lucha se radicalizará, ya que no darán ni un paso atrás frente a sus justas pretensiones.
"Proseguiremos hasta que las fuerzas nos alcancen, Cuzco va a triunfar porque la fuerza de los pueblos se hará imponer ante el ejecutivo. Ellos tienen la obligación de venir al Cuzco y solucionar este problema", aseguraron a través de RADIO UNO, gracias a las coordinaciones efectuadas por nuestro colega David Farfán.
De igual modo, solicitaron el respaldo de los presidentes regionales y alcaldes provinciales del Perú, puesto que adujeron que la ley atentatoria al Patrimonio Cultural no sólo afectará a la ciudad imperial sino a diferentes regiones del país.
También lamentaron que sus autoridades regionales y provinciales Hugo González y Marina Sequeiros, respectivamente, no los estén respaldando luego de haber sido tentados por los tentáculos del centralismo.
Finalmente, repudiaron desde todo punto de vista las declaraciones del presidente Alan García Pérez, que los tildó de extremistas y terroristas, aduciendo que son gente del pueblo que ha salido a las calles y paralizado la región, con el afán de que se haga respetar sus derechos y justos reclamos.
