La agraviada retornaba procedente de Arica cuando fue intervenida por un aduanero que le arrebató su cartera y la «jaloneó» al sospechar que llevaba algo ilegal por el simple hecho de que se encontraba llorando en el bus. Sin embargo se comprobó que no tenía nada irregular y estaba deprimida porque su empleador no le quiso pagar su sueldo.
De su bolso cayeron un pan de pascua y 3 yogures que le habían regalado, sin embargo lejos de ayudarla a recogerlos el aduanero los pateó para que no pudiera alcanzarlos.
GRAVE ACUSACIÓN. Las denuncias contra los maltratos cometidos por agentes de Aduana continúan imparables. Esta vez la ciudadana Guillermina Mamani denunció que fue agredida por un aduanero que sin motivo alguno le arrebató su bolso e intentó lanzarlo al almacén donde se depositan la mercadería decomisada.
Guillermina Mamani cuenta que salió de Arica rumbo a Tacna y pasó la máquina de rayos X con total normalidad, sin embargo un aduanero le exigió que abriera su bolso al sospechar que llevaba algo ilegal por el simple hecho de encontrarse llorando.
Y es que durante todo el viaje había estado cabizbaja y deprimida puesto que su empleador no le quiso pagar su sueldo por el trabajo de empleada del hogar que realizó en el mes de diciembre.
Ese dinero era esperado con ansías – dice- puesto que con el pasaría el año nuevo con su madre y hermanos menores a los que mantiene.
BRUTALIDAD. Sin embargo su pena no alcanzó a ser notada por el aduanero quien le exigió que abriera el bolso, pese a que la máquina no había detectado nada irregular.
Del bolso cayeron un pan de pascua y 3 yogures que los vecinos le habían regalado pero el aduanero no permitió que los recogiera y peor aun decidió patearlos debajo de una mesa para que no pudiera recogerlos, relató.
No contento con eso la “jaloneó” toscamente para que soltara la cartera y una vez que lo logró se la llevó hacia el lugar donde depositan la mercancía de contrabando que decomisan.
Guillermina Mamani detalla que corrió tras el bolso porque ahí guardaba el poco de dinero que tenía, además de ropa interior y otros objetos personales que no tenían nada de ilegal.
Sin embargo el aduanero insistía en echar su contenido junto con los productos incautados.
Solo después de varios minutos pudo recuperar su bolso, aunque estaba roto. Es así que decide presentar la denuncia en el puesto policial del terminal terrestre pero allí le indicaron que no reciben ese tipo de denuncias.
