Los 19 bomberos, que el último domingo murieron en el estado de Arizona cuando intentaban controlar un incendio forestal, no solo tuvieron el viento en su contra también tuvieron que luchar contra la ola de calor que ha azotado a la región, con temperaturas que superan los 45 grados centígrados. Así lo indicó el bombero tacneño radicado en Estados Unidos, Nicolás Ramírez en comunicación vía Skype con RADIO UNO.
Nicolás Ramírez indicó que en EEUU, bomberos profesionales y voluntarios, arriesgan sus vidas a diario. ‘Estamos muy dolidos por nuestros hermanos bomberos, solo nos queda elevar una plegaria por ellos’, indicó.
Indicó que para que ocurriera el fallecimiento de los hombres del departamento de bomberos de Prescott, que pertenecían a un cuerpo de elite, tuvieron que coincidir muchos factores entre ellos la intensidad de los vientos y las altas temperaturas registradas en esta época del año.
“Un incendio forestal es uno de los más difíciles de controlar, aparte de edificios grandes. No hay barreras y el viento puede cambiar en cualquier momento. Si vas a tratar de controlar una parte, el tiempo cambia y viene por detrás tuyo. Ése ha sido uno de los grandes problemas”, indicó.
Agregó que cada uno de los bomberos portaba herramientas con un peso de 25 kilos y antes de acercarse al fuego debían instalar una protección, a manera de tienda de campaña, para evitar el contacto con gases tóxicos.
Sin embargo esto no habría sido posible debido al dificil acceso a la zona, señala Nicolás Ramírez, puesto que de acuerdo a los lugareños se trata de un área de escaso acceso, rocosa y bastante inclinada.
Sobre el inicio del fuego, señala que se trató de una tormenta eléctrica que arrasó con más de 200 y que continúa sin poder ser controlado. “La gente sigue siendo evacuada, es un poco complicado el tema, inclusive seguridad nacional de los EEUU está interviniendo para tratar de mover algunas personas que no quieren irse”, añadió.
