(Cortesía CNR).- El ex presidente Alberto Fujimori aseguró que bajo su régimen (1990-2000) sólo dictó directivas basadas en el principio del "soldado amigo", pero que jamás trazó estrategias antiterroristas y que menos ordenó una "guerra sucia" contra la subversión.
Interrogado por su abogado defensor César Nakazaki, Fujimori sostuvo que en la década pasada no elaboró "planes, ni operaciones militares en ningún nivel (porque) el presidente tiene mando pero no comando y no entra en planes militares que por lo demás no entiende".
"Siempre señalé grandes lineamientos y directivas; el presidente no señala estrategias ni dice cómo se van a aplicar; eso corresponde a la esfera militar", apuntó en la séptima audiencia celebrada en la sede de la Dirección de Operaciones Especiales (DIROES) de la Policía, en el distrito limeño de Ate.
Fujimori admitió que durante su gobierno se cometieron excesos de parte de los militares pero que no ordenó que se implantara una guerra sucia o de exterminio a los grupos alzados en armas, porque eso era contradictorio con la orden suya impartida a mediados de 1991 de combatir a la subversión dentro de la ley y con "pleno respeto a los derechos humanos".
El ex mandatario basó su versión en que una orden de exterminar, arrasar a un pueblo o desaparecer a subversivos tiene que hacerse por escrito y no verbalmente. "Todo tiene que estar por escrito y en ningún momento se dio orden de asesinatos o desapariciones", remarcó.
A diferencia de las sesiones previas, cuando fue sometido a intensos interrogatorios por parte de la Fiscalía y de los abogados de la parte civil, hoy el ex mandatario lució relajado y aprovechó las licencias de Nakazaki para extenderse sobre los méritos de su gobierno.
En ese sentido, Fujimori explicó que su política antisubversiva se basó en el principio del "soldado amigo" que consistía en privilegiar las "operaciones no militares sobre las militares" buscando el apoyo de la ciudadanía para derrotar a Sendero Luminoso y al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
"La destrucción de Sendero Luminoso era mediante acciones psicológicas y la búsqueda de la adhesión de la población (…) el objetivo era liquidar a Sendero no con balas sino con otro tipo de armas (…) El objetivo era recobrar la confianza de los sectores marginados con acciones como construcción de escuelas", insistió.
De esa manera, añadió, se logró desterrar la idea de que "el mejor terrorista era el terrorista muerto" aunque admitió que quedó algún rezago de esa forma de pensar durante su régimen.
Al igual que en ocasiones previas, Fujimori reiteró que su ex asesor, Vladimiro Montesinos, asumió en la práctica el papel de "gran coordinador de todos los servicios de inteligencia" y lo elogió señalando que tenía "un gran conocimiento y amplia experiencia en temas de inteligencia".
Fujimori responde desde el 10 de diciembre por las matanzas de Barrios Altos (1991) y la Universidad de La Cantuta (1992), ambas en Lima y que provocaron la muerte de 25 personas a manos del Grupo Colina.
El juicio verá desfilar, en el 2008, a 39 testigos de la Fiscalía, 28 del acusado y ocho de la parte civil, para un proceso que podría durar entre nueve y 24 meses.