Flores en mano y cubiertos por la nostalgia que les genera recordar al ser querido, miles de tacneños desde tempranas horas de la mañana acudieron al Cementerio General de Tacna, para saludar y rendir tributo a sus familiares y amigos que ya no están entre nosotros, en el Día de Todos los Santos.
Este año, el comercio ambulatorio se notó menguado, pero esto no impidió que los deudos llegaran hacia las tumbas cargados de claveles, ilusiones, rosas y "guaguas", tradicional pan andino que suele consumirse como alimento en honor a los muertos o dejarse al pie de los nichos.
Lamentablemente, la Beneficencia Pública no tomó las medidas necesarias para llevar a cabo una limpieza efectiva, pues muchos visitantes al campo santo mostraron su molestia por la gran cantidad de basura y flores desechadas con las que se toparon.
La seguridad estuvo garantizada por efectivos ediles, quienes se emplazaron en todos los rincones del recinto mortuorio.
Alrededor de las 10 de la mañana se realizó la misa central, a cargo del Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, Mons. Marco Antonio Cortez Lara, quien elevó una plegaria por todos los difuntos e invitó a sus familiares y amigos que extiendan los pedidos a las almas que se encuentran en el más allá.
"No podemos eludir a la muerte, tenemos que afrontarla como venga, ya que es inevitable. Mas es una responsabilidad de cada uno de nosotros de lo que estamos haciendo. Si verdaderamente estamos construyendo ese paraíso prometido y nuestro encuentro con el señor", remarcó durante su alocución.
Mientras en Lima la masiva concurrencia de público produjo congestión vehicular en los exteriores de los cementerios El Ángel y Presbítero Maestro, en el Callao la situación es completamente diferente en los camposantos Británico y Baquíjano y Carrillo, donde la presencia de personal del serenazgo regional evitó cualquier tipo de desorden.
En el Callao, en cambio, la presencia de más de 200 serenos de la región y del municipio provincial que apoyaron la labor de la Policía, contribuyó a ordenar el comercio ambulatorio y despejar las dos puertas de ingreso que tiene el cementerio Baquíjano y Carrillo, al que han llegado hasta el momento más de mil personas.
En cementerios ubicados en las zonas periféricas de la ciudad los deudos brindaron con cerveza u otro licor frente a la lápida donde yace el difunto.