La agencia France Presse ha podido hablar con algunos de los heridos en el Ankara que han relatado el terror que han vivido en la ciudad de Misrata por el asedio de las fuerzas de Gadafi. Mohammed Meftah, de 34 años, cuenta cómo fue bombardeado su barrio: "Han matado a familias enteras, a mujeres. Tengo un vecino que ha perdido a su mujer y a sus tres hijos. Lo hacen para aterrorizar a la gente". El bombardeo causó heridas a Meftah en la espalda, el cuello y las piernas. Su esposa y sus seis hijos siguen en Misrata. Mohamed Ahmed, con el brazo derecho escayolado, relata que se encontraba frente a su casa con unos vecinos cuando cayó un obús. La metralla mató a seis de sus vecinos y le hirió a él. "Estoy con la revolución, pero no tengo armas", cuenta. "Solo quiero libertad para mi país". Muchos de los heridos en el Ankara son combatientes rebeldes heridos en los combates contra las fuerzas de Gadafi. "La resistencia tiene fusiles, pero [los gadafistas] nos atacan con obuses y lanzagranadas", se queja Ahmed.
También un reportero de la BBC ha podido viajar en el barco y sostiene que todos hablan de la difícil situación en la ciudad, que empeora cada día, sin agua ni electricidad en gran parte de ella. Nadie está a salvo de los obuses o los francotiradores, cuenta. Los medicos a bordo cuentan que las condiciones sanitarias en Misrata son inadecuadas y hablan de más de 200 muertos y cientos de heridos como consecuencia del asedio de las tropas de Gadafi.
La llegada del barco a Misrata contaba con el permiso del líder libio. Turquía ha mantenido desde el inicio de la crisis relaciones con los dos bandos en lucha. Ali Davutoglu, cónsul general en Bengasi, ha declarado a los periodistas que Turquía ha organizado el envío del barco por "razones humanitarias".
Turquía como mediadora
Mientras, el frente de guerra entre los rebeldes y las fuerzas de Gadafi sigue estancado en torno a la ciudad de Brega, en el este del país. La ciudad petrolera ha cambiado de manos varias veces en las últimas semanas. En las últimas horas, los rebeldes han conseguido hacer retroceder un poco a los soldados de Gadafi, hasta las afueras de la ciudad petrolera, pero los avances son muy lentos, debido al fuego de artillería de los soldados. Mostrando una organización algo más seria y pese a estar pobremente armados, ayudados por los aviones de la OTAN, se mueven con más cautela y resisten con más entereza los embates de los gadafistas. Los combates se centran en la entrada oeste de la ciudad.
Con el frente estancado, las iniciativas diplomáticas cobran fuerza. Ayer, el viceministro de Exteriores, Abdelati Obeidi, viajó a Grecia, para enviar al primer ministro, Yorgos Papandreu, un mensaje de Gadafi: que quiere poner fin a la guerra según han informado las autoridades griegas. El diplomático libio seguirá hoy viaje a Turquía y después a Malta. Turquía, que mantiene relaciones con los dos bandos libios, emerge como mediador, ya que, además del viceministro de Exteriores, va a recibir a un representante de los rebeldes, según ha informado a Reuters un diplomático turco. "Hablaremos y veemos si hay una base común para un alto el fuego", ha dicho.
También en el frente diplomático, cuenta hoy The New York Times, citando a un diplomático y un alto funcionario libios, que los hijos de Gadafi proponen un plan para poner fin al conflicto que pasa por la salida de su padre y por que uno de sus hijos, Saif el Islam, sea el encargado de pilotar la transición. Un portavoz rebelde ha rechazado el plan: "Gadafi y sus hijos deben marcharse antes de cualquier negociación diplomática, ha declarado Chamseddine Abdulmelah a la agencia France Presse.
Cortesía: El País