La última crisis diplomática entre Colombia y Venezuela, desatada después de que Bogotá acusara a Caracas de acoger a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, es motivo de creciente preocupación en la comunidad internacional. Tanto que Washington ha llamado a la calma para evitar una escalada de tensiones. "Urgimos a un diálogo constructivo entre ambos países, pero teniendo muy presente también que se trata de acusaciones muy serias que se deben tomar muy en serio", declaró este viernes el secretario de Estado adjunto de EE UU para Latinoamérica, Arturo Valenzuela.
Colombia denunció el jueves en una sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) la presencia de campamentos y de importantes jefes de las FARC y del ELN en Venezuela, y pidió la creación de una comisión internacional que verifique esta acusación en un plazo de 30 días. Chávez rechazó las pruebas que presentó Bogotá y rompió las relaciones con el Gobierno de Álvaro Uribe, al tiempo que ordenó la "alerta máxima" en la frontera común para enfrentar una eventual "agresión". El ministro venezolano de Defensa, Carlos Mata, advirtió ayer de que el Ejército dará una "respuesta contundente" a cualquier "fuerza extranjera que intente violar" la soberanía.
"Nuestra posición es que estas acusaciones tienen que tomarse realmente muy en serio y alentamos a ambos países a iniciar un diálogo para analizar cómo pueden resolver este asunto", reiteró Valenzuela, en la misma línea que horas antes antes había expresado el portavoz del Departamento de Estado de EE UU, Philip Crowley. "Creemos que debe haber una investigación y creemos que Venezuela tiene la responsabilidad de responder favorablemente a la importante información presentada por Colombia", afirmó Crowley, que además calificó de "desafortunada" y "caprichosa" la ruptura de los lazos diplomáticos por parte de Caracas.
Crowley recordó que la falta de actuación por parte de Venezuela en la lucha antiterrorista ha llevado al Departamento de Estado a incluir a Caracas desde 2006 en la lista de países que no cooperan plenamente en ese objetivo. "Queremos ver resuelto esto pacíficamente", concluyó, pero agregó que si Venezuela no coopera en las medidas que se tomen en este asunto, "EEUU y otros países lo tomarán en cuenta".
Una estrategia caducada
"Imagínense una guerra entre Colombia y Venezuela. Eso sería para llorar 100 años, pero si somos agredidos no nos vamos a quedar de brazos cruzados", señaló el gobernante Hugo Chávez. A lo que añadió que un taque colombiano en tierras venezolanas podría "dar sorpresas como la reacción de algunas corrientes militares" de ese país.
Chávez dijo más; se dirigió directamente a las guerrila colombiana al insistir que ésta "debería considerar seriamente el llamado que le hemos hecho varios presidentes latinoamericanos porque el mundo de hoy no es el de los 60". Pero principalmente por un motivo estratégico, no de fondo.
"Deberían reconsiderar su estrategia armada porque no hay condiciones en Colombia para que ellos puedan tomar el poder. En cambio se han convertido en la principal excusa para que el imperio penetre Colombia para agredir desde allí a Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Cuba", añadió Chávez.
Preocupación internacional
Además de EE UU, otros países americanos se han mostrado preocupados también por la tensión entre Colombia y Venezuela. Ecuador convocó ayer una reunión extraordinaria de Unasur con el fin de "fortalecer el diálogo y la paz" entre Bogotá y Caracas. Ecuador, que ostenta la presidencia temporal del organismo, responde con la reunión prevista para la semana que viene a las peticiones del Gobierno de Venezuela, que ya solicitó por escrito un encuentro de autoridades de Unasur para analizar la crisis diplomática.
Precisamnete el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el argentino Néstor Kirchner, ha anunciado que se reunirá en agosto con Chávez y Uribe para mediar en el conflicto bilateral, aprovechando su viaje a Bogotá para asistir a la toma de posesión del presidente electo colombiano, Juan Manuel Santos, prevista para el 7 de agosto. Kirchner irá primero a Caracas para reunirse el 5 de agosto con el mandatario venezolano y un día después lo hará en Bogotá con Uribe y Santos.
Además, el Ministerio de Exteriores de Venezuela ha informado en un comunicado de que Chávez ha sostenido conversaciones telefónicas en las últimas horas con sus homólogos de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, para intercambiar criterios sobre la ruptura de las relaciones diplomáticas.
Cortesía: El País