Un comité del consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha borrado a cinco líderes talibanes de la lista de personas sospechosas por terrorismo, que hasta hoy tenían prohibido realizar viajes internacionales y cuyas cuentas bancarias estaban congeladas. Esta medida había sido solicitada por el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, condición indispensable para que los nombres sean retirados del listado, para buscar una salida a la situación de su país y mejorar el clima de las negociaciones.
Las cinco personas eliminadas de la lista formaban parte del antiguo gobierno talibán de Afganistán, ha informado la ONU a través de un comunicado. Se trata de Wakil Ahmad Muttawakil, antiguo ministro de Exteriores, Fazal Mohammad, ex viceministro de Comercio, Shams-us-Safa Aminzai, antiguo responsable de prensa talibán, Mohammad Musa Hottak, ex viceministro de Planificación, y Abdul Hakim, antiguo viceministro de Fronteras. Este último renunció a la doctrina talibán hace tres años y en la actualidad es gobernador de la provincia de Uruzgan. Todos ellos fueron incluidos en la lista negra de la ONU en 2001.
La llamada lista negra de la ONU incluye los nombres de 144 talibanes, entre ellos el del líder del movimiento, el mulá Mohamed Omar, y de 257 miembros de Al Qaeda. Este movimiento de Naciones Unidas, que llega en vísperas de la conferencia internacional que este jueves buscara en Londres intentar solucionar el conflicto afgano, entra dentro de una estrategia cuyo objetivo es intentar convencer a la base de la jerarquía talibán, a los soldados rasos, más susceptibles ante la promesa de dinero y de trabajo.
Kabul había pedido hace años al comité de sanciones contra Al Qaeda y los talibanes del órgano de Naciones Unidas que diera este paso, pero hasta hoy una de las delegaciones que lo integran había puesto freno al procedimiento. "Uno de los países miembro levantó el freno y se les borró automáticamente de la lista de sancionados", explicaron fuentes diplomáticas, que no precisaron el nombre del país, a Efe. No obstante, algunos medios de comunicación estadounidenses aseguran que se trata de Rusia, país que hasta el momento se había opuesto a todas las peticiones de EE UU y países europeos de eliminar las sanciones a los talibanes que decidan apoyar el Gobierno del presidente Hamid Karzai.
Cambio de estrategia
En los últimos días el enfoque de la guerra de Afganistán ha dado un importante giro a raíz del aluvión de declaraciones en la comunidad internacional a favor de la vía diplomática como única salida posible, un proceso de negociación en el que deberán formar parte los talibanes.
Uno de los primeros en pronunciarse al respecto fue el jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán, el general estadounidense Stanley McChrystal, quien remarcó la importancia de "cualquier afgano puede jugar un papel si se centra en el futuro y no en el pasado". Por su parte, el general David Petraeus, jefe del Comando Central de Estados Unidos en Afganistán, ha contemplado las reconciliación mediante "conversaciones conversaciones entre altos responsables afganos y responsables talibanes u otros jefes de la insurgencia" como "otra posibilidad".
Las palabras de McChrystal y Petraeus, los militares estadounidenses con mayor responsabilidad en el país asiático, han revelado el nuevo enfoque que EE UU quiere dar a la conferencia de este miércoles e instauran un tono de flexibilidad política que cambia radicalmente el panorama. Frente a la postura mostrada el año pasado por el presidente estadounidense, Barack Obama, que aseguraba que había que derrotar al "núcleo duro de los talibanes", ahora su secretario de Defensa, Robert Gates, reconoce el papel de los talibanes en el "tejido político" afgano.
Cortesía: El País