Luego de permanecer por casi un mes en agonía, el obrero Zacarías Mamani Araca (24), dejó de existir en la Unidad de Cuidados Intensivo del hospital regional Hipólito Unanue, en donde permanecía internado luego de sufrir graves quemaduras en la explosión de un grifo clandestino ubicado en la calle 7 de junio, el pasado 4 de diciembre.
Mamani Araca, fue uno de los cuatro heridos graves de la explosión, además de él, también resultaron heridos, un menor de 10 años de edad y su padre.
Hasta el momento no se logró determinar la responsabilidad sobre el inicio del siniestro, que luego de varios días cobró la primera víctima.