(Perú 21) Las presiones internacionales contra el Gobierno hondureño interino aumentaron hoy con la suspensión de la ayuda financiera de Europa y advertencias de observadores sobre un baño de sangre si no es restituido el depuesto mandatario Manuel Zelaya.
En tanto, simpatizantes del presidente derrocado salían a las calles para exigir su restitución alentada por el anuncio de Zelaya de que regresará al país en los próximos días, lo que avivó los temores de que se desate una guerra civil tras el fracaso de las negociaciones en Costa Rica.
La Unión Europea -que ya había retirado embajadores en Tegucigalpa- suspendió el envío de 65,5 millones de euros en ayuda financiera al empobrecido país ante el naufragio de las conversaciones para instaurar a Zelaya al frente de un gobierno de unidad nacional, debido a la negativa del presidente interino Roberto Micheletti.
Con ello se sumó a Estados Unidos, que había suspendido programas de ayuda militar por 16,5 millones de dólares y amenazado con cancelar otros 180 millones; y al Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, que detuvieron créditos con un impacto estimado de 200 millones de dólares este año.
La comunidad internacional liderada por Naciones Unidas exige el retorno de Zelaya al poder, pero el Gobierno interino que asumió tras el golpe de Estado de hace tres semanas asegura que eso no es negociable.
Micheletti ha advertido que, si el mandatario derrocado pisa suelo hondureño, será arrestado para ser juzgado por varios cargos, entre ellos por supuestamente haber violado la Constitución al intentar hacer un referendo que abriera paso a la reelección presidencial.
Zelaya dijo que regresaría el fin de semana a Honduras debido al fracaso de las conversaciones del sábado y el domingo auspiciadas por el presidente costarricense, Oscar Arias.
Arias pidió 72 horas para hallar otra solución y evitar lo que consideró un posible "derramamiento de sangre".