Del 28 de diciembre hasta finales de enero, todas las entradas estarán prohibidas por temor a la nueva variante.
Tokio ha entrado en estado de alerta máxima tras registrar 949 casos en 24 horas.
La medida entraría en vigor el próximo lunes, según ha anunciado el Gobierno en un comunicado recogido por Nikkei. Los ciudadanos japoneses y los extranjeros que vivan en Japón podrán regresar al país, de acuerdo con la nueva restricción.
El pasado viernes, las autoridades de Japón confirmaron la detección, por primera vez, de cinco casos de la nueva cepa de coronavirus en viajeros que llegaron al país procedentes del Reino Unido. Según informó el ministro de Salud, Norihisa Tamura, los casos fueron localizados en dos aeropuertos nipones entre el 18 y el 21 de diciembre. Los cinco afectados están aislados.
Mientras, Tokio ha entrado en estado de alerta máxima tras registrar 949 casos en 24 horas, su máximo histórico y un repunte significativo desde los 884 casos del viernes y el récord previo del jueves, 888 infectados.
De momento, las autoridades han decidido recomendar este fin de semana el cierre de la ciudad y pedido a sus casi 14 millones de habitantes que se queden en sus casas salvo por necesidad. Los bares y los restaurantes del centro de la ciudad cerrarán a las 22.00 en un intento de contener la enfermedad en plenas festividades «Bonen-kai» («Olvidemos este año»).
Las advertencias de las autoridades no han logrado frenar la propagación, y el promedio de casos semanales confirmados aumentó a 681 el viernes desde el 444,3 registrado el 1 de diciembre.
Por todo ello, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, ha avisado de que el período de vacaciones de Año Nuevo sería «una coyuntura muy importante» que tendría una influencia clave el futuro de Tokio en 2021, y ha pedido a los residentes que eviten salir durante las vacaciones, informa la cadena NHK. El primer ministro, Yoshihide Suga, también renovó el viernes un llamado para que el público pase las vacaciones en casa.
