(CNR).- Los restos de las víctimas de la masacre de La Cantuta, cometida en 1992 por el Grupo Colina, fueron quemados, confirmaron peritos de la policía durante el juicio al ex presidente Alberto Fujimori.
El proceso por presuntas violaciones a los derechos humanos entró hoy en la fase de ratificación pericial, con la presentación de un grupo de diez peritos médico forenses de la Policía Nacional (PNP), que investigaron los casos de Barrios Altos y La Cantuta.
El médico forense Gustavo Cerrillo ratificó que los restos óseos encontrados en 1993 en dos fosas en la zona de Cieneguilla pertenecieron, al parecer, a dos mujeres y tres varones, de las cuales por lo menos uno presentaba heridas de bala.
Añadió que todas las víctimas mostraban características de haber sido expuestos "a la acción de fuego directo".
Cerrillo también explicó los resultados de los informes en los que participó en 1994, sobre restos recogidos en las inmediaciones de la carretera en la zona de Huachipa, donde se hallaron otros restos de los estudiantes universitarios.
El especialista dijo que esos restos al parecer correspondían a ocho personas, aunque el equipo de peritos no pudo terminar su trabajo ni emitió sus conclusiones porque se les comunicó que el proceso penal por estos hechos iba a pasar al fuero militar.
Cerrillo indicó, sin embargo, que entre las muestras analizadas se encontró una vértebra seccionada, a la que se habría aplicado un objeto de "consistencia dura, peso significativo y que tenía filo", posiblemente un machete, según dijo.
Más temprano, se presentaron el coronel Rafael Ayquipa Durán y el mayor Walter Briceño Sánchez, quienes ratificaron las conclusiones de la pericia balística realizada en la vivienda de Barrios Altos, donde fueron asesinadas 15 personas, en 1991.
Según explicaron, las muestras que analizaron fueron compatibles con armas de guerra HK y pistolas ametralladoras.
El comandante Fermín Rodríguez Moreno y el coronel Ricardo Rojas Ramírez también ratificaron una pericia que les permitió señalar que se habrían utilizado no menos de tres armas automáticas, HK o FMK.
Los también comandantes Jorge Luis Saravia Mendoza y Luis Saldaña Bardales mencionaron otra pericia balística que determinó la existencia de un proyectil calibre 38, compatible con un revólver.
También se presentaron la comandante Gladys Nalvarte, una perito bióloga, quien analizó los restos de sangre y pelo encontrados en la vivienda de Barrios Altos, así como los médicos cirujanos José de la Vega y Tania Cerrón, quienes analizaron las lesiones que sufrió Felipe León, una persona herida con seis impactos de bala.
