(Cortesía CNR).- Por quinta vez consecutiva, Rodolfo Robles Espinoza, el general que puso en riesgo su vida al denunciar la existencia del destacamento Colina, continuó prestando su testimonio y respondiendo al interrogatorio del abogado César Nakasaki, defensor de Alberto Fujimori. Sin embargo, uno de los aspectos más importante de esta sesión número 61, fue el informe que presentó el doctor Eloy Loayza Sierra, del Instituto de Medicina Legal (IML) en torno a la salud del acusado, sobre la cual circularon diversas versiones en las últimas horas.
Al respecto, el doctor Loayza informó que han recomendado una evaluación por especialistas de cuello y cabeza del Instituto de Enfermedades Neoplásicas (INEN) para determinar el riesgo de la lesión a lengua, una leucoplasia que padece Fujimori y que aparece por diversos factores. Al respecto, el presidente de la Sala, César San Martín, consultó si el acusado puede continuar en las sesiones, a lo que el representante del IML respondió que Fujimori "es una personas muy saludable para la edad que tiene" y que puede asistir con normalidad a las audiencias.
En esta parte de la sesión, César Nakasaki, aprovechó para quejarse de los informes que presentan los médicos del IML a la prensa que, según él, confunden a la opinión pública. Al parecer, el abogado olvidó que la que crea este clima de confusión es la prensa fujimorista que clama por variar el régimen penitenciario del acusado.
Al reiniciarse ya el interrogatorio, Nakasaki se centró recurrentemente en el análisis de las directivas de gobierno y directivas de dominio que se dieron para la lucha contrasubversiva, en su afán de establecer que su Fujimori nunca autorizó las violaciones de los derechos humanos. Una de las preguntas fue si el acusado dio alguna disposición que permitía eliminar personas desarmadas. La respuesta de Robles fue concreta: "En lo normativo no se permitía pero en los hechos sí se hacía, tal como lo demostraron los crímenes de La Cantuta".
Pero como el mismo Nakasaki, se encargó de confirmar, a él lo que le interesaba era establecer la existencia de las normas y no si estas se respetaban o se violaban para lograr los objetivos de la pacificación. Y por supuesto, al abogado tampoco le interesaba escuchar por qué Fujimori nunca investigó las denuncias sobre los crímenes del destacamento Colina, sino por el contrario, los encubrió. Para ello, como lo reafirmó el general Robles, desapareció el Consejo Superior de Inteligencia, y al dejar de existir esa instancia todo el poder de la inteligencia se puso en manos de Vladimiro Montesinos.
Lo cierto es que pese al esfuerzo de Nakasaki para que el testigo entre en contradicciones, éste reafirmó lo que ha venido sosteniendo y fundamentando desde la primera sesión en que se presentó: que Alberto Fujimori fue la cabeza de todo el aparato de poder que se montó como parte de una política contrasubversiva violatoria de derechos humanos y cometió crímenes atroces por los que hoy está en el banquillo de los acusados.
SALAZAR: NAKASAKI INSISTE EN BUSCAR ÓRDENES ESCRITAS SOBRE ASESINATOS DE COLINA
Para Antonio Salazar, uno de los abogados de la parte civil, el interrogatorio de César Nakasaki insiste en demostrar si hubo una orden o una directiva precisa de Alberto Fujimori para eliminar personas, como en los casos de Barrios Altos y La Cantuta, cuando sabe perfectamente que esas órdenes no se daban por escrito. Por ello, interroga al general Robles sobre directivas, manuales y reglamentos para lograr que éste reconozca que no hay nada que sustente las órdenes de Fujimori, sostuvo Salazar.
"El general Robles, quien ha vivido por experiencia propia los abusos del gobierno autoritario de Fujimori está dando las respuestas que corresponden, pues bien sabemos que en las dictaduras y gobiernos autoritarios nunca dejan órdenes escritas para eliminar, torturar o eliminar personas", remarcó.