El caso de Cristian Fernández, un inmigrante hispanoamericano de 13 años, ha conmocionado a todo el mundo. Con solo 13 años, ha sido condenado a cadena perpetua tras haber sido juzgado como adulto por varios cargos, en los que resalta el asesinato de su hermanastro de dos años en el condado de Jacksonville (Florida).
Marcado por la desgracia. (Foto: Internet)
Pese a que una iniciativa ciudadana recogió un total de 190 mil firmas para que al adolescente no sea juzgado como adulto, la Fiscalía ha respondido firmemente que se trata de «la única medida que tenemos para asegurar la seguridad ciudadana”.
Sin embargo en la vida de Fernández no es la primera vez que ocurre esta clase de sucesos. Su madre -de apenas 14 años- lo concibió tras ser violada por un vecino cuando era una adolescente. Luego de varios años ambos tuvieron que huir de la casa de su abuela, quien era drogadicta
Posteriormente el menor fue expulsado de un nido por bajarle los pantalones a un compañero y simular el acto sexual.
Cuando tenía 6 años, Cristian fue brutalmente golpeado por su entonces padrastro, quien posteriormente se suicidó frente a él. Luego de seis meses de aquel ataque, Fernández asesinó a su hermano
Sin embargo, Fernández también afronta cargos por abusar de su otro hermanastro de 5 años. En tanto, su madre, de 27 años, fue condenada a pasar 10 años de prisión.
79 menores condenados a cadena perpetua:
En la actualidad, 79 presos con menos de 14 años se encuentran cumpliendo cadena perpetua sin posibilidad de excarcelación, de los casi 2.500 menores condenados en el país a estar toda su vida en una cárcel, según cifras de Human Right Watch, un 16,4% del total de presos.
Casi dos tercios de estos menores son jóvenes de color y 175 niñas, algunos de los cuales llevan más de media vida encerrados.
