Convocada por los sindicatos mayoritarios, la huelga paraliza la circulación de trenes y barcos y afecta también a la prensa, pues se han sumado a ella los periodistas de todos los medios. Permanecen también cerrados los bancos, los ministerios, los servicios al público, las guarderías infantiles y las empresas estatales en vías de privatización. Los hospitales públicos atenderán únicamente casos de emergencia, los medios de transporte urbano harán paros por algunas horas y el comercio en Atenas cerrará tres horas al mediodía.
Los griegos protestan así contra la implementación de un paquete adicional de medidas de austeridad del que depende que continúe recibiendo ayuda de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la quiebra. Además, la Confederación General de Trabajadores (GSEE), la Unión de Funcionarios Públicos (ADEDY) y el Movimiento de Trabajadores (PAME), afiliado al Partido Comunista, han convocado a dos manifestaciones esta mañana en el centro de Atenas, que coincidirán frente al Parlamento.
Se les sumará el movimiento de los "indignados" griegos, quienes llevan ya 21 días acampados en la plaza Sintagma, frente al Parlamento, con la petición de un cambio y "que se vayan ya" los "ladrones". Los descontentos, a través de Internet, han llamado a formar una cadena humana alrededor del Parlamento, donde está previsto que se empiece a tramitar el nuevo acuerdo de medidas pactado con la UE y el FMI, a la espera de recibir un quinto tramo de ayuda de 12.000 millones de euros, imprescindible para que el país no quiebre hacia el próximo mes.
Cortesía: El País