Y es que la mayoría de los moradores de las 46 comunidades campesinas que representa, se encuentran “dormidos” ante la falta de educación, salud y otros factores que les impide tener una visión clara de las reales intenciones de las empresas mineras que llegan sin ninguna autorización a iniciar exploraciones.
“Las comunidades son pasivas, fácilmente los convencen. (Las empresas mineras) se están dedicando a la juventud y les esta dando trabajitos (…) Pero después ¿cuándo van a venir los pesares? cuando se vuelvan dueños legítimos”, sostuvo.
“En ese aspecto la ley de las comunidades campesinas dice bien claro, que no se regala así nomás, tiene que haber una conversación previa. Pero aquí no hay conversación, ni de parte del gobierno regional, ni el ministerio de agricultura, ni el INRENA, no están defendiendo a los pueblos. Realmente no esta dando cursos para que ellos puedan entender que es una comunidad, cual es su finalidad”, precisó.
De acuerdo al presidente de las comunidades campesinas, hay cerca de 115 denuncios en Tarucachi y Estique Pueblo, mientras que en Susapaya hay cerca de 20 de los cuales uno viene entrando con más fuerza.
Asimismo hizo una breve comparación entre gestión actual y anterior, indicando que si en el gobierno de Hugo Ordóñez no se pudo acceder a lograr ninguna mejoría para su sector, con Tito Chocano – a quien resulta imposible de ubicar- solo se teme lo peor.