Cigarrillo más, cigarrillo menos, 105 toneladas de marihuana dan para liar 210 millones de porros, lo que, a ojo de buen cubero, supone unas ganancias para el crimen organizado de 600 millones de dólares (430 millones de euros) tras su distribución en el mercado de Estados Unidos. O, mejor dicho, hubiesen supuesto. Porque, la madrugada del lunes, un operativo conjunto de la Policía Municipal de Tijuana y del Ejército mexicano dio al traste con tan suculentas ganancias. Además de la inmensa cantidad de droga decomisada en la ciudad más poblada de la Baja California (más de la mitad de todo lo aprehendido durante el año anterior en todo el país), la operación deja sobre el tapete dos reflexiones.
La primera tiene que ver con la operación en sí misma. Según la versión oficial, una patrulla de la Policía Local observó a un convoy sospechoso, informó por radio a sus superiores, quienes dieron la orden de atacar y se armó tremendo tiroteo. Los narcotraficantes, armados con fusiles de alto poder, ofrecieron resistencia, pero la aparición del Ejército inclinó la balanza a favor de la ley. Once presuntos delincuentes fueron detenidos y, tras ser interrogados en caliente, desvelaron la dirección de una bodega y varios domicilios particulares donde escondían las 105 toneladas de marihuana. Como dijo el presidente Felipe Calderón en una reciente visita a Tijuana, la colaboración de los tres niveles de Gobierno -municipal, estatal y federal- ya está dando sus frutos.
Al contrario que en otros Estados de México, la criminalidad en la Baja California tiende a la baja gracias a que las diferentes corporaciones policiales ya están actuando de forma coordinada. Esto último, lógicamente, no hace muy felices a los delincuentes. Tras la operación, las emisoras de la policía fueron interceptadas por los malandros, que amenazaron de muerte a los policías y a sus jefes.
La segunda reflexión -cada vez más en boga en México- es si tiene sentido seguir dedicando tanto dinero y tantas vidas en combatir el tráfico de una sustancia que, dentro de unos días, tal vez deje de estar perseguida en California. A principios de noviembre, el Estado sureño someterá a votación la legalización de la marihuana y podría convertirse así en el primer lugar de EE UU donde la posesión de una onza o menos de marihuana -28 gramos y medio- pasaría a ser legal e incluso se despenalizarían las plantaciones para consumo personal. Y no hay que olvidar que en 14 Estados de la Unión ya se ha legalizado la marihuana para uso medicinal. Resulta por tanto paradójico que mientras en México el tráfico de drogas sigue provocando cada día la muerte de decenas de personas, unos metros más arriba pueda ser dentro de poco una opción perfectamente legal.
Cortesía: El País