Un atentado suicida contra un grupo de milicianos de los progubernamentales Consejos de Salvación (Sahwa) en el suroeste de Bagdad ha causado decenas de muertos y heridos. Las fuerzas de seguridad iraquíes hablan de al menos 43 fallecidos y 40 heridos, según el último balance de víctimas. Fuentes del Ministerio del Interior indican que la mayoría de los fallecidos son miembros de esta milicia suní y que entre los heridos se encuentran también al menos dos soldados. Otro atentado suicida contra la sede de la misma milicia en la ciudad de Al Qaem, en el oeste del país, ha causado horas después al menos cuatro muertos y siete heridos más. Al parecer los atentados están coordinados, ya que no sólo tienen el mismo objetivo, sino que los kamikazes iban, en ambos casos, disfrazados de militares.
El primer atentado, del que en un principio se dio un saldo de nueve muertos y 29 heridos, fue perpetrado por un suicida en el pueblo de Al Balesem, en la zona de Al Raduaneya, en el suroeste de la capital iraquí. El kamikaze, disfrazado con un uniforme militar iraquí, llevaba un cinturón cargado de explosivos adosado al cuerpo, que hizo estallar cuando se acercó al grupo de milicianos que estaban esperando para cobrar su sueldo. Los heridos, entre los que hay al menos dos soldados iraquíes que eran los encargados de entregar la paga, han sido trasladados a los hospitales cercanos de Al Mahmudiya y Al Yarmuk.
Un cuerpo creado por Petraeus
"Había más de 85 personas en las tres filas en la puerta principal de la base militar para recibir los salarios cuando una persona se nos acercó. Cuando uno de los soldados intentó detenerle, se hizo estallar", ha relatado uno de los supervivientes, de 20 años, desde el hospital Mahmudiya. El líder miliciano local Mohamed al Anbari ha considerado que es posible que el suicida procediera de sus propias filas. "No había ningún extraño entre nosotros", ha subrayado, apuntando a una traición.
Los líderes de la Sahwa han sido objeto de ataques en las zonas suníes en torno a Bagdad en los últimos meses, muchas atribuidas a actos de venganza. Este ataque es, sin embargo, uno de los más sangrientos en lo que va de año y el que se ha costado más víctimas a la milicia progubernamental. El último fue el 3 de abril, cuando un supuesto escuadrón de Al Qaeda mató a 24 milicianos.
Horas después del primer ataque, un terrorista suicida detonó el cinturón cargado de explosivos que llevaba adosado al cuerpo en la sede de los Consejos de Salvación de la localidad de Al Qaem, en la provincia de Anbar. El terrorista, disfrazado también con un uniforme del Ejército iraquí, irrumpió en una reunión de varios miembros de estas milicias suníes. La explosión ha causado la muerte de cuatro miembros de los Consejos de Salvación e importantes daños materiales en el edificio. Las fuerzas de seguridad han acordonado la zona e investigan cómo ha podido el suicida burlar las medidas de seguridad y entrar a la sede en el momento en que se celebraba la cita.
Los Consejos de Salvación fueron creados en octubre de 2006 como parte de la estrategia del entonces comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, David Petraeus, en la lucha contra la insurgencia vinculada a la red terrorista Al Qaeda. Son grupos que antiguamente luchaban junto a Al Qaeda contra las tropas estadounidenses y ahora cobran del Gobierno iraquí y son aliados del Ejército de EE UU. La primera milicia nació en la provincia occidental de Al Anbar y su éxito impulsó a los clanes árabes de las provincias de Salahadín, Diyala, Nínive y algunas regiones de Bagdad a que formasen sus propios Consejos de Salvación.
Cortesía: El País