Soldados de Estados Unidos han conminado esta noche a los periodistas extranjeros a abandonar el aeropuerto de la capital haitiana antes de las ocho de la mañana de este jueves hora local (14.00 horas en la península española), según informaron a Efe informadores españoles instalados en el campamento del aeródromo de Puerto Príncipe, donde tienen su base las agencias humanitarias internacionales que han llegado a Puerto Príncipe tras el terremoto del pasado martes. Sin explicar los motivos, los militares les comunicaron que se trata de una disposición que afecta a toda la prensa internacional.
Los periodistas españoles instalados allí han informado de lo sucedido al Ministerio de Asuntos Exteriores y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Según la portavoz de este organismo, Virginia Castrejana, el secretario de Estado de Cooperación para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, tratará este asunto en la reunión que tiene prevista con el primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, y que incluso podría encontrarse con el presidente del país, René Préval, así como con el embajador de EEUU en Haití, Ken Merten. Según Castrejana, para la AECID es una "prioridad" solucionar este asunto.
Las tropas de Estados Unidos asumieron el martes el control de Haití, sumido en un caos tras el seísmo que ha asolado el país. Al respecto, el presidente René Préval descartó ayer cualquier polémica por el despliegue de 10.000 marines estadounidenses en su país. "No tenemos ningún problema ideológico para recibir la ayuda de los que tienen la capacidad y quieren ayudarnos", aseguró el jefe del Estado.
Reapertura del puerto
Mientras, el teniente general Ken Keen, responsable de la fuerza conjunta de EE UU que opera en Haití, aseguró esta madrugada que el puerto de Puerto Príncipe será reabierto el próximo viernes al tráfico comercial, aunque trabajará al 50% de su capacidad.
El general de brigada Michael Dana ha explicado que la reapertura del puerto, bajo control haitiano, permitirá descongestionar el aeropuerto de la capital, que recibe una avalancha de asistencia humanitaria.
Cortesía: El País