(Cortesía Peru21).- La explosión de un coche bomba dejó esta madrugada 65 heridos leves en la ciudad de Burgos, al norte de España. El hecho, atribuido al grupo radical ETA, fue considerado por las autoridades como un atentado fallido.
El vehículo fue dejado junto al cuartel de la Guardia Civil, una residencial de 14 pisos donde dormían unas 120 personas. La fachada del complejo quedó destrozada por la potencia del impacto.
Según el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la potencia de la explosión y la forma cómo se produjo muestran que se trató de "un gran atentado fallido", que buscaba sin "ninguna duda" víctimas mortales "en un lugar donde dormían casi 120 personas".
Por ello consideró este atentado "especialmente canalla" al ir dirigido no solo contra los agentes de la Guardia Civil sino contra sus familias. "Hasta hora se sabía que al hablar de ETA "nos enfrentamos a una banda de asesinos salvajes, pero "hoy sabemos que además están enloquecidos", agregó el funcionario.
La explosión – que dejó un enorme cráter de siete por dos metros – causó daños en siete de las catorce plantas de las dependencias de la residencial de la Guardia Civil en Burgos, próxima al País Vasco.
Los cuarteles y residencias de los agentes de la Guardia Civil española han sido uno de los principales objetivos de ETA, contra los que ha perpetrado 89 atentados, en los que 33 personas murieron y más de 290 fueron heridas.
En sus 40 años de actividad violenta, la organización terrorista surgida el 31 de julio de 1959 ha asesinado a casi mil personas en su busca de la independencia del País Vasco.
En los últimos meses ha sufrido importantes reveses policiales en Francia, donde se esconden sus cabecillas, y en España, con la detención de varios de sus principales dirigentes.
El último atentado mortal lo cometió el pasado 19 de junio cuando asesinó al inspector de la Policía española Eduardo Antonio Puelles García, al que colocó una bomba lapa en los bajos de su coche.