(Cortesía La República) César Guzmán Rojas, de 32 años, residente del barrio de Castilla, en el Callao, es el sicario que intentó asesinar al presidente del Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Moquegua, Zenón Cueva Pare, el pasado siete de mayo. Guzmán le disparó tres veces cuando Cueva salía de su vivienda en la ciudad de Moquegua, pero solo un proyectil lo hirió en la pierna.
Cueva es el dirigente que encabezó las protestas que paralizaron el sur del país en junio del 2008, episodio que se conoció como el "moqueguazo".
Después del frustrado atentado, Zenón Cueva, junto con la policía, elaboró un retrato hablado del atacante. Con la imagen obtenida, los agentes recurrieron a los taxis que habían trasladado al sicario hasta la casa de Cueva. Con la información recabada, se contrastó el retrato con el banco de datos fotográficos y se determinó que se trataba de César Guzmán, vinculado a una banda de sicarios que opera en el barrio de Castilla.
Identificado plenamente como César Guzmán, por labores de inteligencia la policía consigue el número telefónico de este y rastreó sus comunicaciones. Los investigadores detectaron que después de cometer el atentado Guzmán llamó desde Moquegua a su mujer, que vive en el Callao. A partir de ese momento, se aplicó un seguimiento permanente al delincuente.
Finalmente, ayer a las 13 y 30 horas, en el cruce de las avenidas Primero de Mayo y Micaela Bastidas, en Villa El Salvador, personal de inteligencia del Ministerio del Interior intervino a César Guzmán Rojas.
Al notar la presencia de la policía, Guzmán, quien estaba conduciendo un automóvil Toyota verde de placa AII-651, intentó huir burlándose de la luz roja. Pero efectivos del Escuadrón de Emergencia Sur 2 pudieron reducirlo.
En el registro de llamadas del teléfono celular del sicario César Guzmán Rojas, la policía identificó comunicaciones con números telefónicos del gobierno regional de Moquegua.
Las llamadas se hicieron días antes del atentado contra Zenón Cueva.
Cuando se produjo el atentado, el presidente de la región, Jaime Rodríguez, afirmó que Cueva se había disparado a la pierna para inventar un atentado. Pero un peritaje de absorción atómica demostró que Cueva no había disparado.
